Lloras sin cesar, mientras te observo desde mi ventana
Ruges y luego tiemblas como un cachorro gruñendo
Te dejas caer por valles y colinas, dejando rastros de ti
El asfalto reniega tu imagen sobre su tela oscura
Pero sigues imponiéndote con insistencia
Las verdes en cambio, te miran y aclaman, esperaban de ti esta primavera.
Y mientras un cierto resplandor las cubre
Ahogan su felicidad, tras la humedad de su ser
Ahora todo lo veo más claro, ahora incluso respiro lo que te hablo
Ahora siento la frescura de tu compañía sin melancolía
Solo dejo, que este valle de lagrimas de felicidad absoluta
Recorra mi cuerpo para recordarme la juventud de mi piel bajo mis harapos
Para despertar sueños que jamás pude cumplir
Y déjame invadirme por ti...querida amiga, lluvia.
Elisenda Bellmunt(2007)
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