Esa...la que nos acosa en el silencio
Que deja los alientos huérfanos en la nada
Ciega los ojos con las perlas de la melancolía
Golpea las neuronas sigilosamente
Abre heridas sin sutura aplicable
Dejando huellas para cuando mires atrás.
Ella compañera de las horas muertas
Partícipe de la pérdida de control
Hielo corrosivo en las entrañas
Ciega propuesta del ayer
Naufragando en el mar turbulento
Dejando a flote solo restos del naufragio
Vacías las arcas de los deseos
Sentimiento de vejación por el exceso de intimidad
Ardiente rabia...volcada en la frustración.
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